COZUMEL Q, ROO.- Una patrulla que regresaba al Centro de Readaptación Social (CERESO), tras concluir una diligencia en el Juzgado Oral, se topó con una soga con varios clavos tendida en la carretera, y pese que logró esquivarlo, uno de sus neumáticos sufrió una ponchadura, pero asi llegó a la penitenciaría.
De acuerdo con datos oficiales, al mediodía de hoy, la unidad 12146 de la Policía Estatal transitaba sobre la avenida Zamná hacia el poniente, con rumbo hacia el CERESO que ubica en la zona sur de la isla, pero en el cruce de la 95 avenida, estuvo a punto de cruzar una soga con varios clavos colocados.
El oficial al percatarse de la trampa, hizo un cambio de dirección, pero uno de sus neumáticos resultó con una ponchadura, sin embargo debido que se encontraba en una diligencia de traslado, decidió continuar su camino con las torretas encendidas, mientras pedía refuerzo en la zona, para salvaguardar la seguridad en el trayecto.
Cabe hacer mención que uno de los elementos bajo del lugar para retirar los clavos, y subirlo a la patrulla, esto para evitar que otros vehículos resulten con daños.
La unidad finalmente llegó a las instalaciones del CERESO junto con el interno José Daniel «N» alias el «Wero y/o Gordo», sin que se haya presentado algún otro incidente en el camino. No obstante la llanta de la patrulla si presentaba daños mayores.
Todo indica que los delincuentes querían llamar la atención de las autoridades, pues después que la patrulla se retiró de la zona, otros sujetos a bordo de una motocicleta pasaron por el lugar, y realizaron varios disparos al aire.
Probablemente los delincuentes solo están midiendo la reacción de los elementos, para ver si tienen la posibilidad de afectar el traslado de los internos al juzgado oral, que se localiza en la avenida Félix González entre 11 y Zamná en la colonia Maravilla.
Las autoridades descartaron que la unidad policiaca haya recibido algún impacto de bala, pues los disparos al aire se hicieron minutos más tarde, cuando se retiraron del lugar los custodios que trasladaban al interno apodado el «Wero y/o Gordo».